Nombre: Reinaldo Bustillo Cuevas
Dirección Postal: 1-300-1000
Correo Electrónico : trinoelbrujo88@hotmail.com
Teléfono : 3126944051
Biografía: Nació en San Juan Nepomuceno-Colombia. Es autor de “Migajas de Amor”, “ Te espero en la Orilla del Recuerdo”,” El Cielo de mi Tierra es Diferente”, “Diógenes Arrieta Guerrero de la Pluma y la Palabra”,“ Métrica Española”, Moral Antropológica”, “Un Provinciano Universal”, “Cuentos del Caribe Colombiano”, “Poesía Infantil”. Ha sido traducido al Portugués (Poema América), Colaborador de las revista: Symbolos de México D.F (Poema La Princesa Ixquic), Revista “Comparto mi Cultura” de Argentina ( Trino el Brujo, El Guardabosque).Colaborador de los periódicos” El Espectador” de Bogotá, “La Libertad” de Barranquilla.
Esto nos cuenta nuestro orgullo para Colombia y pariente, Reinaldo Alfonso Bustillo Cuevas:
San Juan Nepomuceno Junio 6 de 2.011
Primero:
Procedentes de Bogotá llegaron a Cartagena en 1.809 los hermanos Pedro Manuel Bustillo Olguín, Juan Tomás y Julián; quedándose en la ciudad de origen la hermana María Isabel quien había contraído nupcias en 1.805 . Julián fue Capitán del ejército español y fue fusilado por Pablo Morillo por patriota. Los otros dos hermanos se trasladaron a los Montes de María para evitar ser fusilados como su hermano; escogieron a San Juan Nepomuceno como residencia, donde llevaron vida apacible con sus esposas que trajeron desde Cartagena. Ellos eran hijos de don Pedro Manuel Bustillo y Obregos y Doña Isabel Gregoria Olguín y Figueredo. Parece que don Pedro había venido desde México.
Segundo
Pedro Manuel Bustillo Olguín se había casado con Candelaria Ibarnadò de Zubiria y engendraron a Policarpo, Teodosia e Ignacia.
Teodosìa contrajo matrimonio con Manuel Arrieta Pareja y tuvieron los hijos: Filomena, José Rogelio, Eliecer, Manuel Elena y Plutarco.
Plutarco tuvo con Pilar Castelar a Paulina Arrieta, la que casó con Manuel Cuevas Martínez (Medico Honoris causa de la Universidad de Cartagena, hermano de Elena Cuevas Martínez la esposa en segundas nupcias de Pablo J Bustillo Sánchez) de familia oriunda de Tenerife, Magdalena) . De este matrimonio nace Elena Constancia Cuevas Arrieta que casada con Ismael Bustillo Angulo tendrán doce hijos, el número once, decimoprimero, será Reinaldo Alfonso, este servidor que te escribe.
Tercero
Juan Tomás Bustillo Olguín se casa con Isabel María Castelló y Rebolledo y tienen los hijos: Isabel, Juan ( Posible padre de Conchita la novia de Diógenes), Pedro Mártir, María Concepción, Tomás ( El Alcalde que expulsa de San Juan Nepomuceno a Diógenes Arrieta), Alberto, Julián .
María Concepción Bustillo Castelló se casa con Luis José Angulo González ( Maestro Superior, equivalente hoy a Licenciado), Hijo de Leonardo Angulo teólogo y doctor en Derecho Canónigo) y Rosalía González y tienen los siguientes hijos: Felipe( El famoso Tuerto, ministro de la Guerra y de Hacianda del Doctor Rafael Núñez) , Leopoldo ,Blanca, Antonia ( Futura madre adoptiva de Ismael, en su matrimonio con Diego Bustillo Angulo, Ismael.
Leopoldo Angulo Bustillo tiene con Francisca Arrieta García( Sobrina de Chulita la madre de Diógenes Arrieta)un hijo que adoptado por el matrimonio de Diego Bustillo Angulo y Antonia Angulo Bustillo es bautizado como Ismael Bustillo Angulo.
Ismael Bustillo Angulo se casa con Elena Cuevas Arrieta (Descendiente como ya se dijo de Teodosia Arrieta Bustillo. Tienen doce hijos de los cuales el decimoprimero es este servidor tuyo.
Cuarto
Reinaldo Alfonso Bustillo cuevas ( Yo) se casa con Gloria Esther Rodríguez Salcedo, hija de Tuche que tú referencias en tu árbol genealógico y por lo mismo descendiente de Foción Rodríguez Bustillo , quien a su vez lo era de Julián Bustillo Olguín, fusilado por patriota.
Como te dije pasare después a darte los datos familiares, para ajustarlos con los tuyos.
Afectuosamente
Reinaldo Bustillo Cuevas.
Queremos dejar en esta página algo del legado de nuestro querido Reinaldo, hermosos escritos que realzan el apellido Bustillo.
EL COLIBRÍ
Fragmento de la luz, vivificado
Es milagro del viento represado,
En sábanas de pétalos de seda,
flotando sobre el sueño de la pluma.
CUANDO NADA QUIERA
Cuando regrese a mi comienzo,
Cuando viaje al principio de mi ser
Y haya llegado,
Y me sienta satisfecho de mí mismo.
¡ Seré feliz tal vez ¡
Cuando nada me perturbe,
Ni el saber, ni el temor, ni tu cariño,
Y todo sea lo mismo para mí.
¡ Seré feliz tal vez ¡
Ni el saber, ni el temor, ni tu cariño,
Y todo sea lo mismo para mí.
¡ Seré feliz tal vez ¡
Cuando renuncia a todo
Y nada me haga falta,
Ni me sobre nada,
Ni tu recuerdo, ni tu voz, ni mi dolor
¡ Seré feliz tal vez ¡
Y nada me haga falta,
Ni me sobre nada,
Ni tu recuerdo, ni tu voz, ni mi dolor
¡ Seré feliz tal vez ¡
Cuando no quiera ni quererte,
Cuando nada quiera,
Ni tus besos, ni tu palabra, ni tu presencia
¡ Seré feliz tal vez ¡
Cuando nada quiera,
Ni tus besos, ni tu palabra, ni tu presencia
¡ Seré feliz tal vez ¡
MI TERRUÑO
El ambiente rural en el que vivo
me ha vuelto vegetal de tal manera,
que los huesos los tengo de madera
y mi pelo follaje de cativo.
me ha vuelto vegetal de tal manera,
que los huesos los tengo de madera
y mi pelo follaje de cativo.
Anhelo que la sombra de tu olivo
me preste su frescura cuando muera,
para vivir mi muerte sanjuanera,
que es la muerte mejor que yo concibo.
me preste su frescura cuando muera,
para vivir mi muerte sanjuanera,
que es la muerte mejor que yo concibo.
Cuando voy, por tus patios, peregrino
y me echo a descansar en el recodo
que de amores me presta tu camino,
y me echo a descansar en el recodo
que de amores me presta tu camino,
te quiero inmensamente y de tal modo
que prefiero en tus calles mi destino
a estar lejos de ti, dueño de todo.
que prefiero en tus calles mi destino
a estar lejos de ti, dueño de todo.
TU BOCA
Es tan pequeña tu boca
que se le salen los besos,
es tan dulce y tan sabrosa
que parece hecha de miel.
Está pintada de rojo,
como pétalos abiertos,
como una herida de amor
que sangra sin compasión.
Es un estuche tu boca
que, en afelpado recinto,
un montón guarda de perlas,
como flores de Jacinto.
La palabra de tu boca
es tan alegre y graciosa
como una joven gacela
que va en el prado jugando
con la hierba y con la brisa.
Si tu boca dice: sí,
nace de nuevo la vida;
la fuente se torna alegre;
las mariposas pintadas,
pintan el campo de risas.
Si tu boca dice: no,
desaparece la calma:
el sol oculta sus galas;
tan triste se pone el alma,
que de inmediato se acaba
la dicha que tú me diste.
EL ALBATROS
Interpretación de un poema de Carles Baudelaire
El tripulante, a veces, se divierte
cazando a los albatros marineros,
sus lánguidos y buenos compañeos
en acerbos abismos de la muerte.
A penas en cubierta el “ rey” advierte
que no estará, ya más, en los primeros:
en el cielo, la fuerza de remeros;
en la nave al andar, ya no tan fuerte.
Se burla del albatros el marino,
quemándolo en el pico; y lo remeda
porque torpe recorre su camino.
No te extrañes, jamás, que así suceda
al poeta al transitar por su destino:
es albatros, que en lo trivial se enreda.
¿PARA QUÉ LLEGASTE?
Te busqué por todos los caminos,
por todos los senderos del amor,
por las rutas azules de los cielos,
por los desfiladeros del averno
y nunca te encontré.
Te busqué con las alas de los sueños,
y con los pies de plomo de la realidad.
En el aire te busqué
como a un pájaro fugado;
en el mundo subacuático,
como a pez extraviado, te busqué.
De regreso a mi covacha,
a mi cubil,
a mi bohío
me senté a gemir:
como ave de luz te presentaste,
como pez, nadando en mis arterias,
llegaste al corazón.
Yo te pregunto ¿ Para qué llegaste?
si ya mis fuerzas se extinguieron,
si la fábrica de sueños
dejó de funcionar.
¡Ahora ya no puedo
ofrecerte como antaño
el anca de mi cabalgadura
para conquistar el mundo,
con la espada de los sueños
y los trebejos de la realidad!
¿Entonces, te pregunto:
para qué llegaste?
y con los pies de plomo de la realidad.
En el aire te busqué
como a un pájaro fugado;
en el mundo subacuático,
como a pez extraviado, te busqué.
De regreso a mi covacha,
a mi cubil,
a mi bohío
me senté a gemir:
como ave de luz te presentaste,
como pez, nadando en mis arterias,
llegaste al corazón.
Yo te pregunto ¿ Para qué llegaste?
si ya mis fuerzas se extinguieron,
si la fábrica de sueños
dejó de funcionar.
¡Ahora ya no puedo
ofrecerte como antaño
el anca de mi cabalgadura
para conquistar el mundo,
con la espada de los sueños
y los trebejos de la realidad!
¿Entonces, te pregunto:
para qué llegaste?
AZUL
Tu mirada es azul como es el cielo,
como endecha que de la lluvia viene,
como la llama azul que hay en tu celo
y el transparente azul que el lago tiene.
Azul de nube en rutilante velo,
azul amarillento de Selene.
Ráfaga azul de pájaros al vuelo,
que suave brisa en éxtasis sostiene.
Como el color azul con que te quiero,
desde la blanca azulidad del humo
al agua cristalina que consumo
en el ardor azul que hay en mi alero,
para en blanco trazarme tu sendero
cuando en versos azules te resumo.
ESPÉRAME UN INSTANTE
Mis deseos de amar están intactos,
como si fuera ahora la hora de empezar;
como si nunca antes hubiera amado
y los caminos recorridos, no estuvieran
/ caminados.
Te digo, por eso, que me esperes un solo instante,
mientras le entrego , a ella, sus cartas y sus cosas
y le pido mis cosas y mis cartas;
aguárdame un instante, no te desesperes,
que tendremos, para amarnos, todo el tiempo:
todas las horas que nos quedan de vida
y todos los siglos que nos quedan de muerte.
Nos iremos los dos, acompañados de nosotros/
/mismos,
por los rincones de la tierra y de los sueños,
inventando de nuevo los placeres,
descubriendo otra vez las caricias y los besos
y un idioma de palabras aladas,
que divulgue a todo el universo
que mis ganas de amar están intactas,
que tengo el alma y el cuerpo preparados
para emprender otra jornada,
que nos conduzca en alígeros corceles
a una constelación de nuevas alboradas;
donde estemos los dos eternamente
por los siglos de los siglos
más allá de la muerte.
como si fuera ahora la hora de empezar;
como si nunca antes hubiera amado
y los caminos recorridos, no estuvieran
/ caminados.
Te digo, por eso, que me esperes un solo instante,
mientras le entrego , a ella, sus cartas y sus cosas
y le pido mis cosas y mis cartas;
aguárdame un instante, no te desesperes,
que tendremos, para amarnos, todo el tiempo:
todas las horas que nos quedan de vida
y todos los siglos que nos quedan de muerte.
Nos iremos los dos, acompañados de nosotros/
/mismos,
por los rincones de la tierra y de los sueños,
inventando de nuevo los placeres,
descubriendo otra vez las caricias y los besos
y un idioma de palabras aladas,
que divulgue a todo el universo
que mis ganas de amar están intactas,
que tengo el alma y el cuerpo preparados
para emprender otra jornada,
que nos conduzca en alígeros corceles
a una constelación de nuevas alboradas;
donde estemos los dos eternamente
por los siglos de los siglos
más allá de la muerte.
CANTO PARA TI
No omitiré decirte que te quiero,
no omitiré decir que te he querido,
para que mi dolor hable a tu oído
y sepas que de amor por ti me muero.
Porque me matas con candente acero,
lanza mi corazón un gran quejido,
y aunque me digan que cobarde he sido,
te digo nuevamente que te quiero.
Que te he querido, a ti, de tal manera,
como nunca jamás en este mundo
un hombre a una mujer amar pudiera.
Porque no puede haber sobre la esfera
amor inmaculado y tan rotundo:
extenso como el mar y tan profundo
TE VUELVO A ENCONTRAR
Que no te merezco, tal vez es verdad,
pero tú no mereces que te quiera tanto
con el cariño grande con que te he querido yo;
con la pasión inmensa que me nació por ti.
Estamos iguales, no valemos nada,
somos dos parias que se encuentran perdidos,
somos dos nadas que nada merecen.
Somos dos aves sin nidos
que andan errabundas
a campo traviesa.
Una vez nos posamos
en la misma rama de un árbol
¿te acuerdas?
me oíste cantar mis pesares
y fingiste tristeza.
Compartimos un rato la vida,
yo hubiera querido
seguir compartiéndola,
mas a ti te era urgente volar,
volar sin destino;
y para mí también era urgente
viajar con el viento.
Hoy te vuelvo a encontrar,
no sé si has cambiado, no sé lo que pienses,
para mí sigue siendo urgente
viajar con el viento,
viajar, viajar, viajar.
pero tú no mereces que te quiera tanto
con el cariño grande con que te he querido yo;
con la pasión inmensa que me nació por ti.
Estamos iguales, no valemos nada,
somos dos parias que se encuentran perdidos,
somos dos nadas que nada merecen.
Somos dos aves sin nidos
que andan errabundas
a campo traviesa.
Una vez nos posamos
en la misma rama de un árbol
¿te acuerdas?
me oíste cantar mis pesares
y fingiste tristeza.
Compartimos un rato la vida,
yo hubiera querido
seguir compartiéndola,
mas a ti te era urgente volar,
volar sin destino;
y para mí también era urgente
viajar con el viento.
Hoy te vuelvo a encontrar,
no sé si has cambiado, no sé lo que pienses,
para mí sigue siendo urgente
viajar con el viento,
viajar, viajar, viajar.
LA COLEGIALA
Con falda carmesí, muerta de risa
se convierte en bandera tremolante,
que grupo estudiantil lleva adelante
al ritmo acompasado de la brisa.
Formando un corro que camina a prisa,
la pupila la graba en el instante;
como estrella fugaz de luz brillante
que en fragmentos del tiempo se eterniza.
Si al Hada Carmesí no le importara
que es un anciano el que la mira atento,
con quejumbres de abuelo, le contara
que más que niña se parece al cuento
que escribiera su abuela en el momento
de lucir la tersura de su cara.
ORACIÓN DESCOMEDIDA
No me castigues, Señor, porque la quiera,
yo sé muy bien
que con tu ley sagrada me prohibiste
amar a la mujer ajena,
mas ella me ha jurado, te lo juro,
que no tiene compromiso con ninguno.
Déjame, Señor, yo te lo ruego
que me mire en sus ojos taciturnos,
para descubrir en nuevas alboradas,
y al galope desbocado
de indómitos corceles
las delicias de sus madrugadas.
Yo la quiero, Señor,
como quiere la fiera a su pareja,
que no siente el maltrato de la espina
cuando la persigue entre los eriales.
Déjame asfixiarme con su olor fragante
que brota a borbollones de su cuerpo,
como el agua en los termales.
Déjame, Señor, yo te lo ruego
perderme en los atajos de sus besos,
como niño glotón
que dulce a dulce
lo van llevando hasta el secuestro.
No me castigues, Señor,
y al regresar de esa aventura
déjame encontrar mi paraíso,
este paraíso que abandono
por la incontinencia de amor que me produce
el olor fragante de mi fiera.
PARA UNA REINA
Desde tus ojos, de carbón bruñido,
y engastados en cara marfileña,
una bruna mirada se despeña
iniciando de amor su recorrido.
El color de la rosa no desdeña,
las sonrisas del labio enrubescido,
que, como nunca vi, zurcen el nido
donde tu beso con el cielo sueña.
Porque tienes ¡Mujer! cuerpo lozano,
y el trino azul que la canción entona
cuando alegre te nombra la mañana:
Tu pueblo te declara soberana,
el cetro del poder pone en tu mano
y en tu augusta cabeza la corona.
MI DESDICHA
En tus ojos comienza mi desdicha,
se desgaja presurosa por tu pelo
formando cataratas de desgracias
en brunos bucles en espiral tallados;
sigue su curso presurosa y rauda
hasta el misterio en capullo de tu ombligo,
para esperar mis besos retrasados,
donde en lago bermejo irrepetido
nacieron las salamandras de tu fuego;
por el oblicuo camino de tu pecho
descubriendo la exuberancia de tu carne,
para llegar a la curva de la vida
tallada en piedra florecida.
Esta es mi vida, mi desgracia y dicha
correr tras mis angustias
para empezar de nuevo cada día,
con el curso de los astros, mi camino repetido,
mi camino de sueños y desdichas.
Le salieron dos alas a la oruga
que venía creciendo desde antaño,
cuando niña, sin sueños en su cielo,
no presentía el fuego en los rosales
le nacieron de pronto, calculadas,
acopladas al viento y al aroma
que tejidas con oro en filigrana
trazaron arabescos al arcano.
Así el hombre y también la mariposa
nacen de nuevo en luchas y porfías
desbaratando con su propio esfuerzo
la tosca vestidura primitiva,nacen de nuevo en luchas y porfías
desbaratando con su propio esfuerzo
como el pollo de cisne en la laguna
al milagro de luz de su plumaje
CARTA
Cuando leas esta carta
sabrás que es para ti,
sin dirección, sin nombre,
sin fecha, sin firma te la mando,
y cuando la leas,
sabrás que es para ti.
Los árboles, entonces, eran más verdes
y el aire suave y puro
como los dos.
Tu risa en el balcón,
era mariposa de luz,
hada madrina que con vara mágica
despertaba en mi alma niña
todo el amor.
Pasaba mil veces por tu casa
para decirte "adiós",
sin saber que me estaba yendo de ti
cada vez que pasaba.
Mi voz era grave
y la tuya melodiosa,
por eso los amigos se reían de los dos.
¿Te acuerdas?. Eran niñerías,
pero han quedado grabadas en mi alma
y no quieren sus anclas levar.
Para la fiesta de toros
en la plaza central
te vestías de amarillo
y así para siempre has quedado en mi recuerdo,
con el mismo vestido,
con la misma sonrisa de hoyuelos,
con el mismo lunar.
De eso hace ya mucho tiempo,
y sigues como antes
en mi loco recuerdo de amarillo vestida.
¡Debo estar loco!
Tal vez por eso nunca me quisiste,
o me quisiste tanto
que no te atreviste
a desbaratar un sueño
despertando de él.
El tiempo ha pasado con tanta premura
que no nos ha dejado pensar
que hoy somos dos extraños,
que por más que queramos
hacer concurrir nuestros caminos,
multitudes de gentes
detrás de nosotros
nos gritarán:
"nunca, jamás".
Como nunca podremos juntar el futuro,
yo te invito niña,
a vivir el pasado,
a volvernos locos
y creer que vivimos
en aquel lugar de árboles verdes.
Yo por tu balcón mil veces pasando,
diciéndote adiós;
o tú, en la plaza central
de amarillo vestida,
en la fiesta de toros,
con sonrisa de hoyuelos
y el mismo lunar.
sabrás que es para ti,
sin dirección, sin nombre,
sin fecha, sin firma te la mando,
y cuando la leas,
sabrás que es para ti.
Los árboles, entonces, eran más verdes
y el aire suave y puro
como los dos.
Tu risa en el balcón,
era mariposa de luz,
hada madrina que con vara mágica
despertaba en mi alma niña
todo el amor.
Pasaba mil veces por tu casa
para decirte "adiós",
sin saber que me estaba yendo de ti
cada vez que pasaba.
Mi voz era grave
y la tuya melodiosa,
por eso los amigos se reían de los dos.
¿Te acuerdas?. Eran niñerías,
pero han quedado grabadas en mi alma
y no quieren sus anclas levar.
Para la fiesta de toros
en la plaza central
te vestías de amarillo
y así para siempre has quedado en mi recuerdo,
con el mismo vestido,
con la misma sonrisa de hoyuelos,
con el mismo lunar.
De eso hace ya mucho tiempo,
y sigues como antes
en mi loco recuerdo de amarillo vestida.
¡Debo estar loco!
Tal vez por eso nunca me quisiste,
o me quisiste tanto
que no te atreviste
a desbaratar un sueño
despertando de él.
El tiempo ha pasado con tanta premura
que no nos ha dejado pensar
que hoy somos dos extraños,
que por más que queramos
hacer concurrir nuestros caminos,
multitudes de gentes
detrás de nosotros
nos gritarán:
"nunca, jamás".
Como nunca podremos juntar el futuro,
yo te invito niña,
a vivir el pasado,
a volvernos locos
y creer que vivimos
en aquel lugar de árboles verdes.
Yo por tu balcón mil veces pasando,
diciéndote adiós;
o tú, en la plaza central
de amarillo vestida,
en la fiesta de toros,
con sonrisa de hoyuelos
y el mismo lunar.
CUANDO LLEGASTE TÚ
En el principio de nuestro amor no era
un ser que amara de verdad la vida;
sangraba, intensamente, por la herida
que el amor me dejó la vez primera.
Una mujer me hirió como una fiera,
y se fue sin sentirse arrepentida,
¡pobre mujer! Estaba sorprendida
de que pudiera amar de tal manera.
Cuando llegaste tú, por mi camino,
el intenso dolor aminorado
dejóme ver tu cuello alabastrino,
que naufragaba en el guipur bordado,
y al tratar de auxiliarte en tu destino
me quedé en tus guipures enredado.
SOY UN CARACOL
Que nadie sepa nunca
que la luz me maltrata;
que me duele a los ojos
con dolor y con susto,
con temor y con rabia,
que nadie sepa nunca
que mi luz eres tú.
Yo no quiero tus luces
porque muestran caminos
y ellos saben a viajes
que no tienen retorno;
y no quiero viajar:
solo quiero quedarme,
para toda la vida,
en mi humilde paisaje,
en el triste recodo
de mi curso al andar.
Que nadie sepa nunca
que me duele el sonido
que al oído me grita
tu sirénico canto:
yo no quiero escuchar
ni tu voz ni tu canto.
¿Tú recuerdas a Samsa?
¡esperó que el silencio
lo volviera normal!
Yo soy un caracol
que se encierra en su concha,
que no quiere escuchar
los sonidos de nadie
y renuncia a tu luz.
que la luz me maltrata;
que me duele a los ojos
con dolor y con susto,
con temor y con rabia,
que nadie sepa nunca
que mi luz eres tú.
Yo no quiero tus luces
porque muestran caminos
y ellos saben a viajes
que no tienen retorno;
y no quiero viajar:
solo quiero quedarme,
para toda la vida,
en mi humilde paisaje,
en el triste recodo
de mi curso al andar.
Que nadie sepa nunca
que me duele el sonido
que al oído me grita
tu sirénico canto:
yo no quiero escuchar
ni tu voz ni tu canto.
¿Tú recuerdas a Samsa?
¡esperó que el silencio
lo volviera normal!
Yo soy un caracol
que se encierra en su concha,
que no quiere escuchar
los sonidos de nadie
y renuncia a tu luz.
EL ARROYUELO
Presuroso desciende de la loma
que atalaya, romántica, el paisaje;
para luego ocultarse en el follaje
por donde el lampo trémulo se asoma.
Le tributa su arrullo la paloma
con su dulce y monótono lenguaje;
mientras rayos de sol tejen su traje,
en su urdimbre, con fibra policroma.
Allí voy a pensar amada mía
en los besos que salen de tu boca,
y en la bruna y audaz hechicería
que alegre de tus ojos se desboca,
para darle sentido a mi alegría
que en sus plácidas linfas desemboca.
SOY SÍSIFO
Soy el hijo de la desesperanza,
que transita sin sueños y sin fe.
Voy cumpliendo las leyes del destino
sin pedirle tregua, sin importarme nada.
No quiero analizar mi angustia,
ni entender el dolor que me lacera,
ni preguntar ¿ Por qué ?.
No me interesa nada,
ni siquiera mi dolor tiene importancia,
ni voy a suplicar paciencia
para soportarlo,
ni a quejarme de mi suerte,
ni a calificarla de dolorosa o mala,
ni siquiera, quiero soñar, con remediarla,
o que llegue la hora final de su partida.
Pero, tampoco, quiero gozar con mi desdicha,
ni decir que me importa poco mi dolor.
Voy a dejar, a mi dolor, sin molestarlo,
que viva en mí: tranquilo,
y se quede en mí... a residir por siempre.
ARREPENTIMIENTO
Me arrepiento, Señor, de mi pecado
mas necesito que me des tu fuerza,
para apartar de mi la acción inversa
que todo tiempo me acompaña al lado.
Nunca conmigo estés más enojado
porque mi rastro, sin virtud, se tuerza,
mira tú, mi Señor, la suerte adversa
me aleja del camino señalado.
porque mi rastro, sin virtud, se tuerza,
mira tú, mi Señor, la suerte adversa
me aleja del camino señalado.
Yo no quiero pecar, porque te quiero
quisiera caminar por tu camino;
para tener tu gloria por destino
quisiera caminar por tu camino;
para tener tu gloria por destino
transitara feliz y muy austero
tus estrechos atajos, que prefiero
al recubierto con tapete fino.
tus estrechos atajos, que prefiero
al recubierto con tapete fino.
ESTABA CONVENCIDO
Estaba convencido
de que me abrirías las puertas,
por eso me senté a esperar.
Los que pasaban me creyeron mendigo,
sin saber que soy el dueño.
Esperé todo el tiempo necesario
y esperaría muchos años más.
Porque el tesoro que guarda tu morada
es mío;
porque lo quiero,
porque lo anhelo,
porque nací para tenerlo.
Por eso he esperado todo el tiempo,
por eso esperaría mucho más.
Yo estaba convencido
de que me abrirías las puerta.
Ahora todo ha pasado
y sólo tengo para ti un reparo:
¿No hubiera sido mejor para los dos
que me hubieras abierto
cuando toqué primero?
¡Olvídalo ya.!
Mejor ha sido así:
Yo gozaba esperando que me abrieras,
tú sufrías sabiendo que esperaba.
de que me abrirías las puertas,
por eso me senté a esperar.
Los que pasaban me creyeron mendigo,
sin saber que soy el dueño.
Esperé todo el tiempo necesario
y esperaría muchos años más.
Porque el tesoro que guarda tu morada
es mío;
porque lo quiero,
porque lo anhelo,
porque nací para tenerlo.
Por eso he esperado todo el tiempo,
por eso esperaría mucho más.
Yo estaba convencido
de que me abrirías las puerta.
Ahora todo ha pasado
y sólo tengo para ti un reparo:
¿No hubiera sido mejor para los dos
que me hubieras abierto
cuando toqué primero?
¡Olvídalo ya.!
Mejor ha sido así:
Yo gozaba esperando que me abrieras,
tú sufrías sabiendo que esperaba.
MARIPOSAS EN ENERO
Las hay blancas, azules y rosadas,
juguetonas, en tiestos del alero,
con flores del jardín, sincronizadas
con el ritmo del viento mañanero.
En sus alas el sol, notas quebradas,
coloca con amor y con esmero,
para mirar sus gracias reflejadas
en la cándida luz del mes de Enero.
Cuando llegan las horas de la tarde,
de su efluvio solar haciendo alarde,
las notas, en enjambre, evocadoras,
se marchan a un hogar desconocido,
colgando en el alero entristecido
las piltrafas de luces voladoras.
HABER VIVIDO
Mirar desde los puentes
las turbulencias de las aguas,
podrá ser lo que tu quieras,
menos haberlas conocido.
Debes entrar a su corriente
y sentir su torbellino
para que digas con razón
que su fuerza has entendido.
Vivir sin haber llorado
por el castigo de la vida,
caminar por los senderos
sin el maltrato de la espina,
haber estado entre los que sufren
sin identificarnos con su herida,
habrá podido ser haber estado,
pero nunca jamás haber vivido.
las turbulencias de las aguas,
podrá ser lo que tu quieras,
menos haberlas conocido.
Debes entrar a su corriente
y sentir su torbellino
para que digas con razón
que su fuerza has entendido.
Vivir sin haber llorado
por el castigo de la vida,
caminar por los senderos
sin el maltrato de la espina,
haber estado entre los que sufren
sin identificarnos con su herida,
habrá podido ser haber estado,
pero nunca jamás haber vivido.
PAISAJES DE LOS LLANOS ORIENTALES COLOMBIANOS
La bandada, de garzas, asustada,
que dibuja al volar plácida sombra,
improvisa, polícroma, una alfombra,
nunca vista jamás por Shaharazada.
La intrépida pupila acostumbrada
al infinito azul, pronto se asombra
de que el llano a la mar siempre la nombra
en el azul verdoso de su oleada.
Nube grana de arisca corocora,
que grácil se levanta en alto vuelo,
de azulidad desuniforma el cielo,
mientras los potros sin pisar el suelo,
se adelantan al rojo de la aurora
cuando el parto de luz ya no demora
EL TONO DE TU VOZ
El tono de voz
Me dice que me quieres,
¿Por qué lo niegas?.
Para que negarlo si todo lo tuyo me lo dice:
Tu mirada,
Tus gestos,
Tu sonrisa.
No sigas mintiéndote a ti misma.
No sigas mintiendo de ese modo,
Que de nada te sirve:
Cuando me dices que no, con tus palabras
Me estas diciendo que sí, con ademanes,
¡Baja tu puente levadizo!
Y entrégate confiada
Que no arrasaré tus propiedades,
Ni prenderé fuego a tus fortines.
Me dice que me quieres,
¿Por qué lo niegas?.
Para que negarlo si todo lo tuyo me lo dice:
Tu mirada,
Tus gestos,
Tu sonrisa.
No sigas mintiéndote a ti misma.
No sigas mintiendo de ese modo,
Que de nada te sirve:
Cuando me dices que no, con tus palabras
Me estas diciendo que sí, con ademanes,
¡Baja tu puente levadizo!
Y entrégate confiada
Que no arrasaré tus propiedades,
Ni prenderé fuego a tus fortines.
CUADRILÁTERO DEL CIELO
Un bello cuadrilátero del cielo,
azuloso y romántico y plomizo,
se enmarca bullanguero sobre el rizo,
que alegre teje el oro de tu pelo.
Lo escudriño, enigmático y muy lelo,
buscándole la incógnita a su hechizo;
queriendo averiguar con qué permiso
se tragó tu locura y mi desvelo.
¡Oh! cielo que en tu docta geometría
robaste mi paciencia acrisolada,
devuélveme la niña que reía
diciendo con su voz azul callada
que siempre y sólo para mí sería.
AMOR SIN REGLAS
Te quise a mi manera,
nadie podrá sobre la tierra,
si es verdadero su amor
querer con reglas.
El amor se parece a las corrientes
de aguas impetuosas,
que se dejan
llevar por el impulso
de cada geografía.
El amor es, a veces, como el viento
que sopla suave en la mañana
y luego se rebela en espirales ,
desatando sus fuerzas.
Te quise como pude.
Te quiero como puedo,
me es imposible
querer de otra manera.
Te quise como pude.
Te quiero como puedo.
Me es imposible
quererte con tus reglas.
nadie podrá sobre la tierra,
si es verdadero su amor
querer con reglas.
El amor se parece a las corrientes
de aguas impetuosas,
que se dejan
llevar por el impulso
de cada geografía.
El amor es, a veces, como el viento
que sopla suave en la mañana
y luego se rebela en espirales ,
desatando sus fuerzas.
Te quise como pude.
Te quiero como puedo,
me es imposible
querer de otra manera.
Te quise como pude.
Te quiero como puedo.
Me es imposible
quererte con tus reglas.
Para todos, de todo entremezclado;
a nadie, nunca, néctar y ambrosía;
porque me dieron de alma en demasía,
me ha tocado de fango demasiado.
a nadie, nunca, néctar y ambrosía;
porque me dieron de alma en demasía,
me ha tocado de fango demasiado.
Para los hombres quede demostrado,
que andan juntas la prosa y la poesía,
y la sinceridad y la falsía,
se sientan, juntas, en el mismo estrado.
que andan juntas la prosa y la poesía,
y la sinceridad y la falsía,
se sientan, juntas, en el mismo estrado.
Esta es la ley universal vigente
desde el mismo comienzo de la historia:
mientras más impetuosa es la corriente
desde el mismo comienzo de la historia:
mientras más impetuosa es la corriente
más cieno en su oblicua trayectoria;
y siempre la tiniebla más notoria
hace galas en astro reluciente.
y siempre la tiniebla más notoria
hace galas en astro reluciente.
TE VEO PASAR
Te veo pasar y no te digo nada,
no podría aunque lo quiera retenerte,
vas con tu cántaro de amores
a saciar urgencias diferentes.
no podría aunque lo quiera retenerte,
vas con tu cántaro de amores
a saciar urgencias diferentes.
Vestida con sonrisas glaucas
y con tu pelo alegre,
me gritas en tu silencio grave
que vas deprisa, sin importarte,
la espuma de sed que hay en mis labios.
y con tu pelo alegre,
me gritas en tu silencio grave
que vas deprisa, sin importarte,
la espuma de sed que hay en mis labios.
Te veo pasar y te pretendo
con fuerzas locas y sed y hambre;
y tú no escuchas mis profundas quejas
porque vas deprisa,
con tu cántaro de amores
a apagar incendios diferentes.
con fuerzas locas y sed y hambre;
y tú no escuchas mis profundas quejas
porque vas deprisa,
con tu cántaro de amores
a apagar incendios diferentes.
Te veo pasar y te espero de regreso,
cuando no haya frescuras en tu cántaro;
para darte de beber mi desengaño
y oír de tus amores la querella
que se traga el estruendo de tu llanto.
cuando no haya frescuras en tu cántaro;
para darte de beber mi desengaño
y oír de tus amores la querella
que se traga el estruendo de tu llanto.
SONETO PARA LA NIÑA DE LUTO
Con el rítmico andar de la gacela
que se deja llevar por viento leve,
su candoroso pie con paso breve
simula, al transitar, nave de vela.
Como ave que en lo azul, grácil, se mueve;
o de barca romántica la estela,
nos deja su mirada cuando riela
la placidez que reina si nos llueve.
Así la vi al pasar: ninfa temprana,
con vestido de luto al cementerio,
llenándome de luces la ventana.
Poniendo el corazón en cautiverio
y escribiendo con signos de misterio
arpegio angelical de la mañana.
MIS PIES YA NO SABEN CAMINAR
Ahora, después de mucho tiempo,
recuerdo que te dije entonces,
que te iría a buscar;
pero el amor se me enredó en la vida
y quedé aprisionado en sus rosales,
sin poderme desatar.
recuerdo que te dije entonces,
que te iría a buscar;
pero el amor se me enredó en la vida
y quedé aprisionado en sus rosales,
sin poderme desatar.
Me consuelo, un poco, imaginando
que tú también encontraste una parcela
donde sembrar tus siemprevivas,
margaritas y cayenas.
Hoy, cuando el sol empieza a declinar,
como ave aparecida de repente,
resucita el amor de tus recuerdos;
no puedo, sin embargo, ir a buscarte,
porque estoy como los árboles: sembrando;
y mis renuevos tienen a su vez renuevos,
y mis pies ya no saben caminar..
como ave aparecida de repente,
resucita el amor de tus recuerdos;
no puedo, sin embargo, ir a buscarte,
porque estoy como los árboles: sembrando;
y mis renuevos tienen a su vez renuevos,
y mis pies ya no saben caminar..
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